EL VIAJE: 2ª parte
La tarde se pasa rápido charlando en casa de tu nueva amiga, la vendedora de collares. Una cerveza y luego otra. Conoces a su pareja que es un chico bastante simpático, algo simple pero bueno, ya se sabe....es un hombre ¿no?. El feeling de buena onda es mutuo y eso conlleva a pactar una cita para el día siguiente. Ese día conocerás a otra amiga de ella, que es Ecuatoriana, se dedica a un dudoso negocio en casa; vamos al negocio más antiguo del mundo, y es la novieta de un cantante del Casino. Así que con esta nueva panda de colegas que no te pegan ni con cola pero con son divertidos y , lo más importante, para nada parecido a lo que normalmente frecuentas, quedas para el día siguiente. El plan es ir primero hasta la casa de la ecuatoriana, justo en el edificio de enfrente, y después todos juntos a ver al grupo en el que canta el noviete de ésta. No parece mal plan y además has venido para desconectar y olvidarte......ciertamente esa tarde no has pensado en aquél que rompió tu corazón ni un segundo.
Tu nueva amiga te acompaña fuera del apartamento hasta la calle, aún es de día y aunque no has visto mucho de Tenerife al menos has tenida una experiencia distinta e inesperada. El pasillo de los apartamentos donde vive la parejita del simple y la vendedora de collares, es largo y hay varias puertas. Es un edificio lleno de pequeños estudios. Váis las dos andando hasta el final del corredor y os cruzáis con un chico, no muy alto, moreno, bronceado bueno, en realidad mulato y que se te queda mirando. Te lo presentan como Rony, el novio de la ecuatoriana, ya sabes.
Un cruce de miradas y ¡zas! la acabamos de liar otra vez.
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Durante la actuación del grupo en el Casino él te dedica una canción, te acerca una rosa, la ecuatoriana sale disparada con cara de malas pulgas, tu nueva amiga vendedora de collares la disculpa y al final Rony te lleva de marcha por todas las discotecas de la isla hasta bien entrada la madrugada. Te dedica canciones allí donde váis y tú te ves envuelta en el paradisíaco mundo del artisteo. Esa misma noche os enrolláis....ya lo creo que sí.
Esa noche y las cinco siguientes que te quedan de vacaciones en la isla. Cenas, almuerzos, bailes, arrullos......Lo que se llama en toda regla un rollo de verano....
Aunque la cosa se convierte en algo más porque después de una despedida pensando en que ya no lo volverías a ver, y de vuelta ya a tu casa y a tu vida cotidiana él no para de llamarte. Habláis cada noche así que programas unas nuevas vacaciones que la empresa te debe, y te vas 10 días más a Tenerife pero para estar con él.
Los primeros días todo es maravilloso, aunque él trabaja casi cada noche os véis, disfrutáis juntos de la isla, la playa y el ambiente. No vuelves a ver a tus amigos; la de los collares, su pareja el simple y mucho menos a la ecuatoriana que ha desaparecido de la vida de tu "novio" completamente. El te jura amor eterno y como en un auténtico cuento de hadas o de esas películas super románticas (Pretty woman, muerde el polvo que lo tuyo no es una historia de amor sino más bien un cómic...) él te pide....MATRIMONIO.
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